Multiplicar el arte, una potencia colectiva

  • Por Agustina Rios, Anabella Ayala y Agustina Céspedes (Escuelita Artística Barriletera)

Este verano las paredes de la biblioteca de Barriletes “Esos otros mundos” se vuelven a llenar de versos, canciones y dibujos de la mano de Gurises Barrileterxs. Una propuesta de talleres que se llevarán a cabo durante febrero y marzo para la gurisada del barrio.

Si esos otros mundos existen, no estamos del todo seguras, pero de lo que sí, es que si no están, los seguiremos buscando, los iremos construyendo.

La Escuelita Artística Barriletera es un espacio integral de experimentación artística para las infancias y adolescencias que coordinan Agustina Ríos (estudiante de Trabajo Social), Anabella Ayala (estudiante de Música) y Agustina Céspedes (estudiante de Artes Visuales).

Gurises Barrileterxs es uno de los proyectos seleccionados en 2024 por el FEICAC (Fondo Económico de Incentivo a la Cultura, las Artes y la Ciencia, impulsado por la municipalidad de Paraná) que durante los meses de Febrero y Marzo de este año tendrá a nuestra casa, ubicada en Courreges 418, como sede de la escuelita artística de verano.

Talleres de Artes Visuales, Música Regional y Lectura y Escritura para lxs pibes son una apuesta a la imaginación y la creatividad como puntos de partida para construir comunidad. ¿Qué mejor que el arte para darle rienda suelta a esas ideas y permitirnos ensayar nuevas realidades? Tampoco es que vamos a inventar la pólvora ¿no?, pero sí queremos volver a traer al presente la poderosa tarea de imaginarse primero esos otros mundos, y que los gurises, nuestros pibes del futuro -pero también de este presente- sean hoy los protagonistas de esos cambios.

Gurises Barrileterxs

Allá por el 2015 y 2016 la biblioteca de la Barri se llenaba de pibes y pibas que se juntaban a leer, a tallerear, a encontrarse -por sobre todas las cosas- y a crear juntos. Esta valiosa experiencia fue llevada adelante por Lautaro Maidana junto al equipo barriletero de la casa de Santos Domínguez, la que supieron habitar con “Esos otros mundos” (la biblioteca). En ése tiempo, este espacio de mediación de lectura que se impulsó desde Barriletes en articulación con otros sectores sociales como escuelas o centros de salud, sintetizó todo un trayecto que se hizo con la comunidad de la antigua sede en el barrio  Paraná V. Allí también nacieron las Ediciones Barriletes, un proyecto editorial con el cual se publicaron los 3 primeros títulos de la editorial: Barriletras, de Juan Manuel Alfaro, con ilustraciones de Gito Petersen, El libro del jardín, y seguidamente Y las estrellas caminaban como nosotros. Estos últimos dos fueron el resultado de las producciones que surgieron de dos experiencias de talleres con infancias, una que se desarrolló en una escuela primaria, y otra en el Centro de Salud “Dr. Arturo Illia” en barrio Paraná V y en la plaza de Villa Mabel. De esos talleres literarios que se hacían en la plaza y en el dispensario, se reunieron todas las producciones e hicieron los libros, actividad que fue posible también gracias a un FEICAC.

Hoy, un par de años después, volvemos a retomar esa experiencia para seguir creando. Gurises Barrileterxs es una propuesta de formación artística, pero sobre todo, un taller de expresión. Un espacio de aprendizaje del mundo del arte, aunque  principalmente, un espacio de experimentación con él.  El espacio de “escuela” se propone como un lugar de aprendizaje mutuo, de desjerarquización del conocimiento y los saberes compartidos. Justamente, creemos que en los procesos de enseñanza-aprendizaje siempre hay un ida y vuelta que no siempre se pone de manifiesto en las estructuras institucionales de educación. La apuesta a decir escuela es para nosotras abrir el abanico de posibilidades a formas diversas de aprender, y donde lo artístico abre paso a la contención, a la escucha atenta, a la capacidad imaginativa y a las potencialidades creativas que cada uno/a tiene. Para adentrarnos en ese universo también, es propicio entender a éste como una herramienta que permite a las personas comunicarse, convirtiéndose así en un importante instrumento de socialización que además sirve para expresar sentimientos o regular el comportamiento propio y ajeno. Son infinitos los beneficios que el arte puede aportar en nuestra vida.

¿Por qué el arte?

Porque el acercamiento a este en todos sus diversos formatos, a nosotras honestamente nos ha cambiado la vida, o nos fue moldeando una. Nos hizo imaginar otras posibilidades, otros caminos a los que tradicionalmente sólo nos ofrecían un futuro donde la aspiración máxima para la vida adulta haya sido generar dinero. Estas niñas devenidas en adultas ahora, tienen pruebas de que hay algo mucho más allá del dinero y eso mismo queremos transmitir a una nueva generación de gurises, o al menos intentarlo.

El arte o la cultura, como ya sabemos, no son algo “esencial “ para una sociedad, ya que no comemos con ellos, ni nos abrigamos, ni nos garantiza acceso a la salud o ciertas comodidades. Sin embargo, la importancia de tenerlos presentes es que nos alimentan el alma al presentarnos tantas emociones que nos hacen sentir vivos. En cada canción o cuento que le contamos a los niños al dormir, en cada obra de arte que observamos en un museo o en un paredón del barrio, en cada dibujo que pegamos en la heladera, las paredes de casa o regalamos a otrxs como muestra de afecto. De esto también se trata el arte, ampliamente hablando: habilita lenguajes. 

¿Cuántas veces a alguno no le pasó que siente que no es tan bueno “hablando” pero sabe que eso que quiere decir lo puede hacer con una canción o con un poema? 

Ahí hay un mensaje que nos dice algo, nos conmueve, nos irrita o nos incomoda, pero siempre tiene un mensaje. Creemos entonces que esos múltiples lenguajes de expresión del ser humano tienen que estar al alcance de todxs. Y de eso se trata, de expandir el conocimiento, la técnica, las herramientas, y sembrar en el mundo mas mensajerxs.

Involucrar a las infancias en entornos artísticos a través de la cercanía con la música litoraleña, la escritura poética de la zona y las técnicas artísticas más amplias a los niños y niñas les hará sentirse más cerca de la cultura local y despertará en ellxs la gratitud de sentir que pueden dejar huellas en su tierra, así como también descubrir rasgos identitarios del territorio que habitan, que también son suyos. Como lo hacen los artistas, los escritores y músicos de nuestra región para después difundirla con amor y pasión frente a escenarios impensables para ellos.

Es porque entendemos el acceso al conocimiento como un derecho humano elemental, que amplía las posibilidades de crear sociedades más justas, más habitables y más inclusivas, que pensamos este proyecto en función de cosechar pequeñas experiencias de motivación hacia el arte y a sentir que podemos entre todos generar una cultura inclusiva en los barrios donde tarda siempre un poquito más en llegar este tipo de actividades.

Las profundas transformaciones sociales, políticas y económicas en nuestro país, han traído como consecuencia la existencia de nuevos escenarios a la realidad educativa, donde muchos niños y niñas se encuentran en situaciones de riesgo, lo que limita entre otras cosas su acceso al capital cultural, educativo y/o recreativo incidiendo con mayor intensidad en los sectores más vulnerados. Por esto mismo el ámbito de taller se propone como un espacio para trabajar específicamente en la adquisición de herramientas que generen autonomía, identidad, autoestima, desarrollo de habilidades intelectuales, incentivando a que lxs pibes investiguen, indaguen, lean, propongan, fundamenten, se expresen, se sientan escuchados y acompañados por mediadores que incentiven su creatividad.

Y a estos pibes, ¿qué mundo les dejas?

Lo primero que pensamos es que el mundo en el que nosotras crecimos no es para nada el mismo en el que crecen lxs pibes hoy. Si en nuestro tiempo la mayoría de los espacios nos preparaban para insertarnos en un mundo laboral regido por el dinero hoy en día este último se ha transformado en el protagonista de casi todas las cosas en nuestro cotidiano. Sumado a las pantallas que ofrecen múltiples aplicaciones al alcance de un click que van desde juegos hasta sitios de apuestas que por supuesto, llegan a los niñxs y adolescentes. Aunque aún existen espacios donde se ponen en valor las labores creativas de las personas, se habla de los beneficios que trae a nuestra salud y nuestro crecimiento la incorporación del arte en nuestra vida, no siempre es universal el acceso a él. Por el contrario, las nuevas tecnologías y las lógicas inmediatas de consumo de contenido son la moneda corriente. Hablando entre nosotras sobre las metodologías que deberíamos usar, o las estrategias para comunicarnos con un mundo diferente al de nuestra infancia nos preguntábamos: ¿qué rol juega el tiempo en la creatividad?

El arte como expresión del mundo lleva tiempo, para observar, para entender, pensar y poder imaginar. Son otros los ritmos que se requieren para crear. Primero porque detenerse a observar lo que nos rodea, nos supone un ejercicio de desnaturalizar lo que estamos viendo, volverlo motivo de curiosidad. Nos despierta preguntas que no siempre son mecánicas. Después, porque intentar transformarlo en una pieza artística nos lleva a pensar qué queremos decir, qué sensaciones queremos transmitir, y si lo hacemos con otrxs, intentar que ese resultado final nos identifique a todxs. Como vemos, es una experiencia integral de adquisición de conocimientos, no solo en lo artístico, sino en los modos de relacionarse con otrxs y con el mundo. Por eso en estos tiempos en que todo pasa muy rápido y la inmediatez se ha convertido en la norma buscamos generar un espacio para dar lugar al tiempo creativo.

La infancia y la adolescencia son etapas clave en la conformación de los cimientos de los seres humanos. Es el momento donde los gustos, los intereses, la curiosidad y la personalidad empiezan a despertarse y a optar por diferentes aficiones. Empezamos a opinar qué nos gusta o qué no, a tomar pequeñas decisiones guiados por nuestros intereses, a elegir y a encontrarnos con otrxs que también comparten intereses con nosotrxs y así se va formando nuestra red de convergencia, que nos hace sentir parte de algo mucho más grande. Ahora somos dos o más de dos que disfrutamos tocando la guitarra, que nos juntamos a leer o a pintar y que si nos preguntan cómo nos imaginamos de “grandes” seguramente diríamos que nos gustaría seguir haciendo lo mismo, pero mejor.

Esta es una de las razones por las que creemos que en estas etapas es cuando lxs pibes más necesitan estar en entornos que los hagan sentir cómodos y seguros, que incentiven el desarrollo de sus inquietudes, que las puedan ampliar, profesionalizar, y animarse a compartir con otrxs lo que crean, para dejar algo en quienes lo vean, escuchen o lean. Para multiplicar el mensaje, podríamos decir, esa es una de las tareas de quienes apostamos a estos proyectos.Y vaya que nuestra tierra ha parido muchos mensajeros, voces que  han desafiado la estructura de un país desigual, que han destacado la importancia de cuidar nuestros territorios, de mantener a salvo su belleza y abundancia, o han despertado nuestro deseo por encontrar otros modos más amables de existir. 

Porque siempre hay algo valioso en mostrarse como uno es, en compartir las visiones del mundo propias, a través de estos diversos lenguajes de los que hablamos, de vencer primero la vergüenza de ofrecer una parte de sí mismo al exterior y sentirse observado, pero que estando con otrxs siempre se hace más fácil y más disfrutable.

También porque el arte transforma, es una herramienta hermosa que inventamos como especie para contar las cosas más magníficas que existen en nuestro mundo, hasta las más terribles y angustiantes de una manera noble, alquimizadora. 

En momentos de competencia feroces como estos, donde lo primero que se ofrece a la vuelta de la esquina es odio y violencia, hambre y tristeza, queremos armarnos de solidaridad y complicidades que emancipen. Así vamos ensayando cuales son las formas de comunidad que necesitamos para los tiempos que vienen y donde seguramente, el arte, como tantas otras veces, nos salve de deshumanizarnos por completo.