Siete años pasaron desde el septiembre de 2018 en el que Gabriel Gusmán, de 19 años, corría y un disparo certero en la nuca le quitaba la vida. Luego de una semana de debate, el jurado popular conformado por 12 personas declaró «no culpables» a los policías Rodrigo Molina y Diego Ibalo, juzgados por la muerte de Gabriel.
En los alegatos de clausura la querella autónoma, conformada por José Iparraguirre y Rubén Pagliotto, sostuvo que se trató de un caso de gatillo fácil, al afirmar que el uso del arma había sido excesivo y que la muerte de Gabriel era evitable. Sin embargo, la versión policial sostuvo que los agentes actuaron en «legítima defensa», aunque al momento del disparo Gabriel corría en sentido contrario dando la espalda a los efectivos. «La muerte está, pero justificada», dijo la defensa.
Durante la mañana del miércoles 19 de noviembre José Iparraguirre, abogado querellante, mencionó lo complejo del caso por estar implicadas las fuerzas de seguridad. Además, cuestionó: «¿Por qué no procedieron de un modo menos lesivo, por qué no dispararon de un modo menos letal, por qué no esperaron la llegada de refuerzos?» e imputó a Molina como autor material y a ĺbalo por comisión por omisión.
Luego de la deliberación, más de ocho después de iniciada la jornada, el jurado popula sentenció: «Nosotros, el jurado, por unanimidad encontramos al acusado Oscar Rodrigo Molina no culpable, al encontrarse justificado su accionar por legítima defensa y por cumplimiento de un deber». Esta resolución no puede ser apelada por la querella. Así, la muerte de otro pibe de barrio bajo las bala policial quedó impune.
Editorial Barrio Adentro 19 de noviembre de 2025
No todas las vidas se consideran vidas, y no todas las muertes se consideran pérdidas. Para que una vida sea llorada, primero debe ser reconocida como una vida. Cuando no lo es, su pérdida no se registra como tal, no importa.
Hay vidas que no llegan a ser pensadas como vidas en absoluto, y por eso son susceptibles de ser destruidas sin que ello cuente como violencia. Esto, que no lo dice este medio sino Judith Butler, es lo que sucede continuamente en Argentina. Pareciera que hay vidas más merecedores de ser vividas, pero nunca son la de las y los pibes de la barriada.
Justicia por Gabriel Gusmán.
